Aquí os enseñamos algunos casos en los que se aplica el diseño de producto:
En el Art Nouveu (Modernismo en España o la Jugendstil alemana), las obras de arquitectura se empiezan a plantear como un todo. Cobra gran importancia la definición de los espacios, integrando la solución detallada de todos los elementos que componen un edificio mediante la colaboración de arquitectos y artesanos.

Existe una anécdota que refleja bien este fenómeno. Como examen final de carrera, a Antoni Gaudí (máximo exponente del modernismo español) se le pidió que proyectara un cementerio. Él empezó dibujando las calesas que transportarían los féretros, debido a su convicción de que la obra de arquitectura era una conjunción de todos los elementos que afectaban a la percepción final del espacio. Esto incluye el mobiliario. De hecho, Gaudí reflejó esto en su obra mediante la cuidada definición de los interiores de sus edificios y el diseño de los muebles.


El diseño moderno no se implantó hasta principios del siglo XX basándose en las ideas reformistas como la supremacía de la utilidad, la simplicidad, la responsabilidad moral de los diseñadores y la teoría de que el diseño podía y debía usarse como herramienta democrática para lograr un cambio social. Todo esto marcó el desarrollo del Movimiento Moderno. Fue ganando importancia la idea de que las máquinas eran un medio para llegar a un fin y que para que la reforma llegara a todos debía adoptarse el proceso industrial. Esta vinculación entre arquitectura y la producción industrial quedó definitivamente vinculada mediante la aparición de la Deutscher Werkbund en 1907. Era una asociación mixta de arquitectos, artistas y diseñadores industriales. Su lema era «Vom Sofakissen zum Städtebau» (Desde los cojines de los sofás a la construcción de las ciudades). Fue precursora de movimientos como el Constructivismo ruso o De Stijl.


Al mismo tiempo nacieron escuelas como la Bauhaus. Ésta fue fundada por Walter Gropius con el objetivo de producir un trabajo que unificara preocupaciones intelectuales, prácticas, comerciales y estéticas a través de la actividad artística y del aprovechamiento de nuevas tecnologías. Tuvo un impacto enorme en la evolución del Movimiento Moderno gracias a su apuesta por el funcionalismo, los métodos industriales de producción y los materiales de última innovación como el acero tubular. La visión de la obra arquitectónica como un todo, en el que se utilizaba un diálogo coherente de todas sus partes, se convirtió en sinónimo de modernidad. La gran destrucción de la Segunda Guerra Mundial, que tuvo como consecuencia la necesidad de reconstruir las ciudades devastadas de forma rápida, se convirtió en la bomba expansiva de este movimiento.
