Ya estamos muy cerca. Guarderías, colegios, institutos, universidades, escuelas de negocio, etc., están a punto de comenzar un nuevo año lectivo. Frente a esta realidad, a todo el mundo, en algún momento dado, nos ha asaltado la siguiente pregunta:
¿Cómo lo vamos a gestionar?
¿Cómo aplicar el Design Thinking en la educación?
Se están definiendo protocolos para que la nueva normalidad se extienda también al ámbito educativo. Pero… ¿Qué pensarías si te dijera que hay una manera de hacer partícipes a toda la Comunidad educativa, como un agente de cambio en positivo? Esto sería posible si aplicáramos Design Thinking.
Como probablemente ya sepas, el Design Thinking es un método que permite desarrollar soluciones innovadoras basadas en las necesidades de las personas. Fomenta la empatía, la colaboración y la diversión. Hace que las personas, independientemente de la edad, sexo, cultura o perfil profesional, sean capaces de explotar su capacidad creativa para desarrollar soluciones que exploten áreas de oportunidad inexploradas. Permite llegar a ideas que aportan un valor diferencial… De esas ideas que te hacen exclamar…» ¿Y cómo no se me había ocurrido antes?»
En el sector de la Educación ya se aplica para rediseñar dinámicas, procesos y espacios. Hace unos meses, antes del confinamiento, tuve la suerte de compartir un café con Christelle Estrada, especialista en educación del Gobierno de Utah, en Estados Unidos. Hablamos de cómo usaban Design Thinking para crear experiencias formativas con estudiantes y formadores de distintos niveles, permitiéndoles desarrollar soluciones a retos de su entorno. Estos podían ir desde la mejora de las dinámicas en clase, hasta reducir el consumo de agua o estrechar lazos con las comunidades de inmigrantes. ¿Sabes cómo lo hacen?
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¿Qué conseguirás aplicando el Design Thinking en el aula?
- Desarrollar la innovación educativa en el aula, el claustro o en el día a día con el método innovador Design Thinking.
- Integrar técnicas de aprendizaje innovadoras para interiorizar competencias como la creatividad, la resolución de problemas o dinámicas de equipo.
- Crear experiencias educativas innovadoras que aumenten la participación, motivación, satisfacción de tu alumnado y sus resultados académicos.
- Promover el autoaprendizaje y el emprendimiento poniendo en práctica dinámicas innovadoras.
- Practicar la empatía y la escucha activa fomentando la comunicación de la comunidad.
- Conseguir programas educativos de éxito, rediseñándolo y llevando a cabo proyectos de innovación docente.
Lo más importante del Design Thinking es que permite empoderar a las personas como agentes de cambio, aportándoles un proceso y también autoconfianza. Genera entornos en los que se permiten la experimentación, la crítica constructiva, pensar fuera de la caja y la diversión. Consigue que las personas, independientemente de su edad, tomen conciencia de que pueden cambiar su mundo, el Mundo. Algo que impregna sus vidas, les dota de autoconfianza y será decisivo en su construcción como individuos capaces de generar soluciones transformadoras.
El Design Thinking en educación es una herramienta de gran valor para aquellas personas del sector educativo y de la formación que dominan este método de innovación, definiendo soluciones con base en la empatía, el trabajo en equipo, el positivismo y el aprendizaje de los errores.
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