El proceso de toma de decisiones es una rutina a la que nos enfrentamos diariamente. Decidir “¿qué voy a cenar?” o “¿dónde voy a ir de vacaciones?” son elecciones sencillas; pero la cuestión se complica cuando debemos reflexionar sobre aspectos tan determinantes como “decidir si adentrarme en un nuevo proyecto profesional”, «si el máster que estoy considerando realmente merece la pena», o bien, “si financiar una nueva iniciativa empresarial acarreará riesgos que no podré afrontar”.
Por ello, la toma de decisiones debe llevarse a cabo en un proceso premeditado. A continuación, te lo explicamos en cuatro sencillos pasos:
Índice de contenidos
Proceso para tener una toma de decisiones de 10
1. Determinar los objetivos
El primer paso que debes seguir para tomar una decisión, es determinar los objetivos que se quieren alcanzar. Un objetivo es lo que conseguirás si tomas la elección correcta. Es el punto del que partimos, por lo que es muy importante fijar uno o dos objetivos que sirvan como guía y nos orienten a lo largo del resto del proceso.
En ocasiones, la toma de decisiones puede cumplir no solo un objetivo, sino incluso con varios. Suele ocurrir en situaciones en las que se mezcla el ámbito profesional, con las emociones y/o el entorno social; en este caso, la alternativa deberá alinearse con todos los objetivos que se persiguen. Un ejemplo de una situación en la que se pretenden cumplir varios objetivos, podría ser:
Cambiar de empresa, pero seguir manteniendo una buena relación con el equipo actual, asegurando que los proyectos que están en activo terminarán satisfactoriamente, aun cuando tú ya no formes parte de ellos.
En el momento en el que se fijen unos objetivos es necesario, especialmente en el contexto empresarial, que estos cumplan con una serie de parámetros: los denominados “objetivos S.M.A.R.T.”. Responden a un acrónimo de la lengua inglesa, y su equivalencia en español es la siguiente:
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Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional, registrada por Dinngo Lab.
2. Establecer los criterios de selección
Como sabes, la toma de decisiones es un proceso en el que intervienen multitud de factores, los cuales pueden depender directamente de quién decide, o bien, de su entorno. Son aspectos fundamentales a considerar y por los que nuestra elección puede variar significativamente entre una alternativa u otra.
“¿Se ajusta esta elección a mi presupuesto?”, “¿Cómo afectará a mi entorno familiar?” o “¿Qué beneficio económico obtendré?», son preguntas relacionadas con algunos de los factores que suelen tenerse en especial consideración, tanto a nivel personal como profesional.
Por tanto, una vez fijados los objetivos, debes establecer una serie de criterios de selección que faciliten escoger la elección que mejor se ajuste a nuestras preferencias y/o necesidades.
3. Definir las alternativas
Generalmente, las tomas de decisiones suelen acarrear procesos en los que se tienen en cuenta únicamente un par de alternativas. La calidad de nuestras alternativas afectará directamente en el resultado de nuestra decisión. Por lo tanto, elegir entre solo dos opciones, sin darnos la posibilidad de pensar en otras variantes, limita enormemente nuestro éxito. Quizás tomemos una decisión correcta. Pero, ¿no podríamos haber tomado una aún mejor?
Por esta razón, es importante que nos dispongamos a la posibilidad de abrir la mente y considerar otras alternativas, aunque no sean las que se han pensado inicialmente. Precisamente, es en la diversidad o “divergencia” donde radica el valor añadido a nuestro proceso: Cuanto menos relacionadas estén las nuevas opciones con la hipótesis inicial marcada, mayores posibilidades habrá de encontrar la adecuada para nuestras necesidades.
Una herramienta que puede marcar la diferencia y facilitar la ideación de alternativas, es utilizar técnicas de innovación y materiales visuales, como notas adhesivas, pegatinas, etc. En Dinngo somos partidarias de emplear diferentes materiales para innovar y generar ideas, más allá del proceso de toma de decisión. Tanto en las formaciones in company que ofrecemos, colaboraciones para innovar en instituciones educativas o en nuestros proyectos de consultoría de innovación.
4. Evaluar las alternativas
Cuando los tres pasos anteriores se hayan seguido de manera ordenada, el último movimiento que debes dar es aquel por el que se ha iniciado todo este proceso y, a su vez, el más esperado: evaluar las alternativas según los criterios establecidos y hacer una elección. Es decir, tomar nuestra decisión.
Tanto en el paso de evaluación de alternativas como en los tres anteriores, hay una serie de técnicas de innovación que pueden utilizarse y que son de gran ayuda para agilizar cada paso o fases design thinking en concreto. Todas ellas, podrás aprenderlas de forma práctica, en los cursos de Design Thinking en Español.
Como veis, si bien la toma de decisiones podía parecer compleja al inicio, hemos demostrado que únicamente es necesario seguir unos sencillos pasos y destinar un tiempo determinado para que este proceso se convierta en uno útil y fácil de llevar a cabo.
Finalmente, te mostramos una infografía de los 4 pasos para tomar buenas decisiones:
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Esta es únicamente una pequeña guía sobre cómo podemos potenciar el proceso de toma de decisión a través de la resolución creativa de problemas. Si quieres sacar el máximo provecho de este proceso, existen muchas técnicas de innovación, del método Design Thinking, que te pueden resultar de utilidad, y que puedes emplear en cada uno de estos cuatro pasos, de manera fácil y divertida.
Te animamos a que navegues por nuestra página de técnicas de Design Thinking en Español. Encontrarás técnicas de innovación que te ayudarán a priorizar y tomar decisiones, que sean informadas y disminuyas el riesgo. Por supuesto, también puedes remitirnos tus preguntas a hola@dinngo.es o a través de nuestra página de contacto en Dinngo. ¡Te esperamos!